“¡Ronaldo, vete ya!”: una protesta rodante sacude Palma contra el presidente del Valladolid

Las calles de Palma vivieron este sábado una escena insólita que ha resonado más allá de las islas: un coche recorrió la ciudad con altavoces a todo volumen gritando «¡Ronaldo go home!». El mensaje no era una crítica a Cristiano, como algunos despistados pensaron al inicio, sino una directa y sonora protesta contra Ronaldo Nazário, presidente del Real Valladolid.
El vehículo, adornado con pancartas y con una bocina ensordecedora, atrajo miradas y aplausos de transeúntes sorprendidos. Algunos grabaron la escena, que no tardó en hacerse viral en redes sociales, avivando el debate sobre la gestión del exfutbolista brasileño al frente del club pucelano.
Detrás del altavoz y el volante, hay frustración acumulada. El descenso del Valladolid a Segunda División ha sido la gota que colmó el vaso para muchos aficionados, que acusan a Ronaldo de desinterés y mala gestión. Y aunque la protesta se desarrolló a cientos de kilómetros de Zorrilla, el eco del descontento ha cruzado fronteras.
Ya en jornadas anteriores, los seguidores blanquivioletas habían mostrado su indignación de formas llamativas: desde pancartas duras hasta billetes falsos de 500 euros con la cara del presidente, una simbólica acusación de haber “comprado” el club sin compromiso real. Las críticas aumentaron tras difundirse un video de Ronaldo saliendo de un restaurante madrileño en aparente estado de ebriedad, en pleno colapso deportivo del equipo.
La elección de Palma para esta particular manifestación no es casual. Ronaldo pasa parte del año en la isla, y varios sectores de la afición creen que su rol de presidente ha sido más turístico que deportivo. «No queremos un presidente ausente», decía una de las voces que acompañaban los gritos por los altavoces del coche.
El episodio deja claro que el malestar no está contenido a las gradas ni a los comunicados oficiales. La afición ha tomado la calle, el volante y el altavoz para decir, sin rodeos, que no quieren más promesas vacías. Exigen un cambio real, un compromiso tangible y respeto por la historia de un club que, aunque modesto, lleva el orgullo de toda una ciudad.
Por ahora, Ronaldo guarda silencio. Pero la pelota, al menos fuera del campo, está claramente en su tejado.